[vc_row][vc_column][vc_single_image image=»1251″ img_size=»full» alignment=»center»][vc_column_text]Hola, Humanos,
Os escribe Pim, Canciller de los Pingüinos Árticos.
Ya estoy de vuelta. Cojo, medio sordo y con diez kilos menos. Pero estoy de vuelta.
Hace doce meses que no os escribimos y hace dos que desperté del coma y me enteré de lo que nos habíais hecho a Skully y a mí. Los sentimientos fueron varios: ira (por haberme herido, pero, sobre todo, por quitarnos a Skully), desconcierto (por haberos subestimado) y mucha, mucha pena (porque, aunque estáis mejorando, os queda mucho camino por recorrer).
Ha habido muchos cambios y quiero compartirlos con vosotros en esta carta, así que voy a empezar por el principio.
Antes, sin embargo, tengo que decir que Pum me ha sorprendido gratamente. Ha sido más que capaz de gestionar la situación y de gobernar a nuestro pueblo con sabiduría (y bastante cachondeo) y de tratar con vosotros con una maestría difícil de igualar. Sorprendentemente, las reservas de gambas han aumentado durante su reinado y el número de actuaciones culturales se ha multiplicado. Creo que nuestro pueblo es más feliz, aunque un poquito más salvaje, y voy a intentar mantener a Pum cerca para aprender todo eso que ignoré en el pasado, pensando que yo era más digno que él de dirigir a nuestro pueblo.
En cuanto a vosotros: estos dos meses que llevo despierto me he dedicado a estudiar cómo habéis evolucionado. Hubo dos hechos que marcaron el devenir de estos últimos meses. El primero fue la difusión de las cartas por parte de Pam, que provocó un giro nunca antes visto en la historia del mundo. La gente buena entendió lo que pasaba y tomó conciencia de su papel. Pasasteis del “¿y qué puedo hacer yo? Si no sirve para nada” al “tengo poder para cambiar las cosas y voy a hacerlo”. Fue mágico, sorprendente. En cuestión de meses se produjeron revoluciones pacíficas en todos los rincones del planeta que cambiaron el rumbo de la humanidad, los partidos ecologistas pasaron a gobernar en prácticamente todo el globo en coalición con socialistas y liberales. Los extremos de cualquier política quedaron arrinconados y el sentido común se hizo un hueco en el sinsentido político.
El segundo hecho fue la entrega, hace seis meses, de los Generadores Mareomotrices Infinitos por parte de Pum. Son unas máquinas maravillosas que permiten generar energía limpia de manera ininterrumpida gracias a las mareas. Yo creo que no lo hubiera hecho, pero Pum decidió que merecíais otra oportunidad. Y no se equivocó.
Durante los primeros meses tras la entrega muchos países intentaron establecer su dominio por la fuerza de las armas, pero pronto se vio que sin motores de ningún tipo (gracias al Pulso Electromagnético Gamma) había muy poca potencia de fuego. Los grandes países empezaron a darse cuenta de que la única manera de aprovechar los generadores era la cooperación. Los belicistas quedaron relegados. El desarme fue progresivo y, para sorpresa de todos, Corea del Norte y los Estados Unidos de América lideraron políticas de desarme y paz a nivel mundial.
Lo siguiente fueron las fábricas: ya no podían mantener el nivel de producción anterior al pulso y gran parte del trabajo pasó a ser manual, así que no quedó más remedio que potenciar el consumo responsable y aprender a reutilizar de verdad. La automatización sufrió un colapso que generó millones de empleos, por lo que la clase media empezó a regenerarse gracias a unos salarios que antes no existían. La riqueza empezó a fluir y se dio un giro radical hacia productos sin obsolescencia programada. Ahora, muchos humanos se están especializando en mantenimiento de aparatos que durarán decenios en lugar de días. La educación se está democratizando de nuevo y estáis explicando las cosas tal y como pasaron, no como o gustaría que hubieran pasado.
Además, China está desarrollando tecnologías que permiten capturas sostenibles de pescado. Han bajado sus cuotas a niveles nunca vistos y han conseguido que India y otros grandes países pesqueros del mundo adopten esta política. Para acompañar a este consumo sostenible, han compartido su política de control de la natalidad con el resto del mundo. Los países han empezado a trabajar para equilibrar sus pirámides de población y hace cuatro meses se firmó el Pacto de Daca, en Bangladesh, un pacto mundial para controlar la natalidad durante los próximos cincuenta años. Os va a llevar mucho trabajo y no va a ser fácil, pero es la única salida. No podéis seguir creciendo sin hacerlo de manera ordenada.
Una de las grandes consecuencias del cambio en el modelo de consumo ha sido que ya no necesitáis tantas materias primas. Los países nórdicos y Canadá, vuestros mayores exportadores de madera, han emitido leyes que protegen contra la deforestación. Se han puesto de acuerdo con asociaciones ecologistas para que la tala sea la necesaria para proteger los bosques y mantenerlos limpios y a salvo. La otra gran consecuencia es que hace falta más gente para producir los alimentos que necesitáis, así que se está produciendo un éxodo de las ciudades al campo. Cómo no tenéis vehículos a motor, la gente está empezando a producir local y a consumir local, y estáis creando pequeñas localidades autosuficientes. La única manera de moveros es aprovechando el viento, así que estáis re-aprendiendo el valor de la paciencia, estáis huyendo de esa vorágine frenética en la que vivíais y estáis volviendo a re-conectar con vuestro planeta.
Sois una especie extraña. Sois seres capaces del mayor mal del universo, pero también sois capaces del mayor bien que jamás hayamos visto (a excepción quizás del gobierno de Pum). Sentimos haber tenido que actuar de esta manera tan drástica, pero estamos viendo que todavía hay esperanza y que podéis cambiar. Que estáis cambiando. Que otra manera de vivir en posible.
Volveremos a nuestro escondite y, en una o dos de vuestras generaciones, seremos una historia más que contar a unos niños que, esta vez sí, tendrán un futuro esperanzador.
Esperamos no veros más. Nosotros volveremos a nadar y a cuidar nuestros océanos, a disfrutar de una vida que estaba casi aniquilada y que está reviviendo como nunca antes se había visto, a saltar sobre las olas, a oler el mar y a gritar de alegría.
Eso sí, Humanos, no os vamos a quitar ojo de encima. Estaremos ahí si nuestro planeta nos necesita. No lo olvidéis nunca. Esperamos que seáis capaces de hacer vuestra parte. Nosotros haremos la nuestra.
Con mis mejores deseos y mis mayores respetos,
Pim
Canciller de los Pingüinos Árticos
Isla de Ellesmere
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